
Una nueva campaña de ataque tuvo como objetivo extensiones conocidas del navegador Chrome, lo que comprometió al menos 16 extensiones y expuso a más de 600.000 usuarios a la exposición de datos y al robo de credenciales. El ataque se dirigió a los editores de extensiones de navegador en Chrome Web Store a través de una campaña de phishing y utilizó sus permisos de acceso para insertar código malicioso en extensiones legítimas con el fin de robar.
