Pero en un mundo donde las transacciones de la cadena de bloques son realmente imposibles de rastrear, las importantes reglas y regulaciones contra el lavado de dinero (AML) creadas desde la década de 1970, y los procesos ampliados de financiamiento antiterrorista (CFT, o contrarrestando el financiamiento del terrorismo) implementados lugar desde la década de 2000, puede quedar sin dientes. El status quo entre las comunidades criptográficas, policiales y de seguridad nacional se convertirá en un conflicto abierto.