un poema de vacaciones
“Era la Nochebuena del año veinticuatro,
Cuando el CFPB se movía como nunca antes.
Había cortafuegos instalados y sistemas seguros,
El surgimiento de la banca abierta fue a la vez emocionante y seguro.
Los banqueros estaban acurrucados en sus camas,
Mientras visiones de API danzaban en sus cabezas.
Con derechos y acceso a los datos, y nuevas reglas en abundancia,
La industria estaba cambiando hasta sus mismos cimientos.
Cuando estaba en la red había tal ruido,
Salté de mi escritorio para ver qué estaba pasando.
De camino al tablero volé como un rayo,
Activé todas las alertas, listo para enfrentar.
El brillo de las pantallas en el nuevo centro de mando
Le dio un brillo de alta tecnología a cada bloqueador de datos.
Cuando lo que apareció ante mis ojos atónitos,
Pero un trineo cifrado cuánticamente y ocho pequeños renos.
Con un viejito conductor tan vivaz y tan veloz,
Supe en un instante que tenía que ser San Nicolás.
Llegaron más rápido que los pagos en tiempo real,
Y silbaba y gritaba y los llamaba por su nombre:
“AHORA, Sección 1033! ¡Ahora, Dodd-Frank! ¡Ahora, FinTech y Blockchain!
¡En camino, derechos de datos! ¡Habilite la privacidad! ¡Activa el pago por banco y Open Banking!
¡En la cima de la nube! ¡En lo alto del muro!
¡Ahora adelante! ¡A por ello! ¡Elimina todo!
Como intentos de phishing antes de que vuelen los filtros
Cuando lo detectan, fallan y mueren,
Entonces a los servidores seguros los mensajeros que pilotearon,
Con el trineo lleno de tecnologías seguras, y San Nicolás también.
Y entonces, en un abrir y cerrar de ojos, escuché en el techo
Las cabriolas y patadas de cada pequeño casco.
Mientras dibujaba en mi cabeza y me daba la vuelta,
San Nicolás saltó de la chimenea.
Estaba vestido con Kevlar, de pies a cabeza,
Y además toda su ropa estaba equipada con un sistema antirrobo.
Un paquete de fichas seguras que se había echado a la espalda,
Y parecía un regulador probando un truco.
Sus ojos – ¡cómo escaneaban! Sus hoyuelos, ¡qué feliz es!
¡Sus mejillas eran como cortafuegos, su nariz como una cereza!
Su boquita graciosa estaba levantada como un arco,
Y la barba de su barbilla era blanca como la nieve.
El trozo de una tarjeta inteligente que sostenía apretado entre los dientes,
Y los datos rodeaban su cabeza como una corona.
Tenía una cara ancha y un vientre pequeño y redondo.
Temblaba cuando reía, como gelatina críptica.
Era gordito y regordete, un viejo duende muy alegre.
Y me reí cuando lo vi, a mi pesar.
Un guiño y un giro de cabeza.
Pronto me di cuenta de que no tenía nada que temer.
No dijo una palabra, sino que se puso directamente a trabajar.
Y llenó todas las medias con tecnología que no molestará.
Y poniéndose el dedo en la nariz,
Y con un movimiento de cabeza subió a la chimenea.
Saltó sobre su trineo, silbó a su equipo,
Y todos se fueron volando como plumón de cardo.
Pero lo oí exclamar, antes de desaparecer de la vista:
“¡Datos seguros para todos y buenas noches a todos! »

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