Los tokens que poseemos y no compartimos: una nueva visión para nuestro espacio digital | CULTURA NFT | Noticias NFT | cultura web3

Amigos,

Estoy cansado. Muy muy cansado. Estos últimos 3 años han sido interminables altibajos de orgullo y alegría, angustia y fracaso, lágrimas de alegría y tristeza, una miríada de éxitos y dos fracasos catastróficos que me duelen el corazón al pensar en ello. Desde intentos fallidos de incorporación de miembros del equipo hasta entrevistas con algunos de los talentos más asombrosos e increíbles del mundo, el péndulo se balancea rápidamente… y al reflexionar, me doy cuenta de que el éxito se comparte, pero que los fracasos son principalmente míos. Muchos de ustedes saben que estoy trabajando en este proyecto cada momento de mi tiempo libre. Todavía tengo un trabajo diario muy importante que debo mantener para mantener a mi joven familia en crecimiento. Hago todo esto por mis hijos. Durante WAGMI szn, es fácil dejar que la adrenalina supere la fatiga. La realidad es que en algún momento todos tenemos que dar un paso al costado y tomar un descanso y en junio estaré fuera por un tiempo. Siempre busco ayuda, especialmente del lado de los medios y de la actualidad. Mientras tanto, siento nostalgia. Soy adicto a los clichés y las citas de películas y el estado actual del mercado me hace reflexionar sobre muchas fallas en nuestro estado actual. Les presento un manifiesto inspirado en el manifiesto de Camerons Crowes en Jerry Maquire:

Los tokens que poseemos y no compartimos: una nueva visión de nuestro espacio digital

Mientras estoy sentado aquí, rodeado por el suave brillo de mil pantallas, me enfrento a una verdad innegable y algo melancólica: el espacio NFT nos está fallando. No en su tecnología, ni en su novedad, sino en el núcleo mismo de lo que pretendía representar: un sentido de comunidad, la democratización del arte y la alegría compartida del descubrimiento. En cambio, fue ahogado cada vez más por una ola implacable de actividades monetarias, dejando atrás la calidez de las relaciones en la fría carrera por las ganancias.

Comerciamos y comerciamos, compramos y vendemos, nuestros ojos en el precio, nuestros dedos en el pulso del mercado. En nuestro frenesí, ¿no hemos perdido la esencia del valor que nos unió en esta frontera digital? ¿La comunidad, las amistades, el placer compartido de apoyar a los creadores y apreciar sus creaciones?

En nuestra incesante búsqueda de ganancias, el enfoque se ha desplazado del alma de la obra de arte a su potencial de apreciación. El espacio NFT estaba destinado a ser un refugio para los creativos, un santuario donde el arte pudiera florecer, sin las restricciones de los sistemas tradicionales. Aún así, lo hemos reducido a una búsqueda de alta velocidad para ver quién puede obtener el token más raro, valioso y rentable.

Recuerden, amigos míos, la cadena de bloques no estaba destinada a encadenarnos a medidas brutas de ganancia material. Fue diseñado para liberarnos, para darnos acceso a un mundo nuevo y valiente donde cada ficha, cada píxel, cada byte vibraba con una historia única, una conexión personal.

No olvidemos por qué entramos en este mundo de NFT. No perderse en la búsqueda frenética de la próxima gran cosa, sino encontrar en este espacio digital un lienzo para la creatividad, una plataforma para artistas, una comunidad que comparte, aprecia y crece juntos.

“Nos hemos convertido en coleccionistas de ganancias, no en mecenas del arte. Nos hemos convertido en revendedores en un mercado, no en miembros de una comunidad.

A medida que avanzamos, desplacemos nuestra mirada del ticker brillante a la obra de arte radiante, de los gráficos ascendentes a la creatividad ascendente. Necesitamos volver a lo básico, a lo que nos atrajo a esta increíble tecnología: un sentido de lugar, experiencias compartidas y la simple alegría de descubrir.

Al final, ¿cuál es el valor de un token si no nos trae una sonrisa, una emoción en nuestros corazones o una conexión con un creador, un amigo coleccionista? Hagamos de nuestras colecciones un mosaico de recuerdos y amistades, no solo una panoplia de números y ganancias.

Centrémonos menos en las ganancias y más en las personas, menos en las ganancias y más en las amistades, menos en los negocios y más en las conexiones. Es hora de redefinir nuestros valores, remodelar nuestra visión y reavivar el espíritu comunitario en el espacio NFT.

Es hora de coleccionar de verdad. Es hora de conectarse de verdad. Es hora de devolver el corazón y el alma a nuestro mundo digital. Y al hacerlo, podemos descubrir que el verdadero valor de nuestros tokens no radica en su precio de mercado, sino en las amistades que forjamos, los artistas que apoyamos y las comunidades que construimos.

“Después de todo, ¿no es la colección más rica la que resuena con más risas, resuena con más historias y resuena con más latidos?”

Este es el futuro de nuestro espacio digital. Este es el futuro hacia el que debemos tender.

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