Con los primeros hitos de cumplimiento de PRA / FCA detrás de ellos, los bancos británicos ahora deben centrarse en la profundización e integración de la resiliencia operativa en las prácticas comerciales diarias. La FCA enfatiza que la resiliencia no es un ejercicio único sino una capacidad dinámica y estratégica. Las empresas ahora deberían pasar del mapeo de importantes servicios comerciales y establecer tolerancias de impacto, para probar el estrés de estas tolerancias en escenarios cada vez más sofisticados y escalables, en fallas particulares de la cadena de suministro de múltiples partes, perturbaciones geopolíticas y descomposiciones tecnológicas sistémicas. Esto significa que la resiliencia no solo debe examinarse cada año, sino también probarse por la presión sobre la presión contra los desarrollos de tiempo real.
Las inversiones ahora deberían apuntar a la madurez de las capacidades planteadas, como el análisis avanzado de datos para monitorear la salud de los servicios en tiempo real, el reconocimiento de modelos de riesgo dirigidos por la IA y el mapeo dinámico de las interdependencias. Las empresas deben aprobar planes de respuesta básicos a los manuales de simulación liderados por la simulación, repetidos en equipos interfuncionales. Además, existe una presión creciente para medir los resultados de la resiliencia, de modo que los bancos pueden necesitar adoptar medidas de rendimiento vinculadas directamente al daño del cliente y los impactos de estabilidad financiera. Estos requieren más datos granulares y una mejor integración entre los equipos operativos, cibernéticos y de riesgos.
El liderazgo debería defender esta próxima fase alineando continuamente los resultados de la resiliencia con la estrategia orgánica. Esto incluye la integración en el desarrollo de productos, las iniciativas de cambio y las discusiones de priorización. Las entidades FS que se ocupan de la resiliencia operativa como diferenciador estratégico, en lugar de una caja reguladora, estarán mejor ubicadas para gestionar las perturbaciones, ganar confianza del cliente y navegar en el examen futuro. Las estructuras de gobierno deben examinarse para garantizar una clara responsabilidad, cultivo de riesgos y bucles de aprendizaje integrados por revistas postincidentes y capacitación continua.
En los próximos años, es razonable predecir que la madurez de la resiliencia operativa se considerará no solo como un requisito de conformidad, sino como una característica de confianza, agilidad y valor a largo plazo en un paisaje financiero cada vez más volátil.
