Como si su trabajo no fuera lo suficientemente duro, también tiene que enfrentarse a los guardianes: los reguladores. Desde el sistema judicial, pasando por las agencias gubernamentales, hasta el equipo legal de su empresa, ellos tienen las llaves del juego. Ya se trate de regular valores, derivados y futuros, lidiar con las implicaciones fiscales, los protocolos contra el lavado de dinero (AML), las regulaciones de conozca a su cliente (KYC) o garantizar la custodia y el monitoreo para prevenir prácticas financieras engañosas, el espectro de supervisión es amplio. Le guste o no, están aquí para quedarse y ejercen un poder significativo. En algunos países más que en otros, pero en todos los casos, no puede permitirse el lujo de ignorarlos. Los guardianes pueden afectar drásticamente su visión y ejecución. Conocer las reglas, aprenderlas al dedillo y jugar con ellas es esencial, porque pueden obstruir fácilmente su camino hacia el éxito si no lo hace.