Argentina se posiciona hoy como uno de los líderes en innovación fintech en América Latina, con un crecimiento del 11.7% en la cantidad de startups del sector durante 2024, según datos de la Cámara Argentina Fintech. Este dinamismo se produce en paralelo a la implementación de regulaciones específicas que buscan fomentar un ecosistema más seguro y competitivo. Sin embargo, de cara al 2035, aún quedan desafíos regulatorios significativos por resolver.
Durante el período 2024-2025, Argentina dio pasos decisivos hacia un marco normativo más estructurado, aunque aún no existe una ley fintech integral. En cambio, el país optó por regulaciones específicas para segmentos particulares de la industria, bajo una estrategia pragmática de “esperar y observar”. Las principales autoridades involucradas son el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Unidad de Información Financiera (UIF).
Una de las medidas clave fue la Ley N° 27.739, que desde marzo de 2024 integró a los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV) como sujetos obligados ante la UIF, siendo la primera regulación clara sobre criptomonedas en el país. La CNV complementó esta normativa creando un registro específico para estos proveedores, mejorando la transparencia y seguridad jurídica del sector.
En términos de pagos digitales, la Comunicación A 6859 del BCRA, implementada en enero de 2025, obligó a que los fondos de clientes en cuentas fintech permanezcan disponibles inmediatamente en bancos, restringiendo ciertas inversiones directas pero ampliando las opciones en fondos comunes.
El lanzamiento del Sistema de Finanzas Abiertas (Open Finance) en mayo de 2025 marcó otro hito, permitiendo que los usuarios compartan voluntariamente su información financiera para facilitar créditos y fomentar la competencia entre bancos y fintechs. Esta medida fue celebrada como parte del “Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos”, con amplias expectativas de potenciar la inclusión financiera.
El sistema Transferencias 3.0, implementado por el BCRA, demostró rápidamente su utilidad al registrar casi 800.000 transacciones por $1.280 millones en su primer mes, proporcionando interoperabilidad y acreditación inmediata entre cuentas bancarias y billeteras virtuales, incentivando el uso cotidiano de los medios digitales de pago.
En materia de innovación regulatoria, destaca el desarrollo de sandboxes regulatorios para la tokenización de activos del mundo real (RWA), permitiendo experimentos controlados en la tokenización de bienes inmuebles y materias primas, con la intención de reducir barreras para nuevas tecnologías.
No obstante, mirando hacia 2035, Argentina enfrenta desafíos regulatorios pendientes. Según un informe del Centro de Estudios Fiscales citado por Infobae, el país no requiere una “ley fintech” específica, pero sí necesita urgentemente una regulación que garantice la innovación, competencia e interoperabilidad, junto con la protección adecuada a los usuarios .
Entre los desafíos emergentes destacan las crecientes necesidades en ciberseguridad, protección de datos sensibles, prevención de fraudes y verificación de identidades digitales. El crecimiento en el uso de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y blockchain plantea la necesidad de marcos regulatorios más sofisticados y adaptables.
La tokenización representa una oportunidad regulatoria clave, dado que el mercado global podría alcanzar un valor estimado de 15.6 billones de dólares para 2030. Sin embargo, Argentina deberá avanzar en regulaciones específicas para garantizar la confianza de inversores y usuarios locales en esta nueva tecnología.
Asimismo, la inclusión financiera seguirá siendo un tema central. Con una cobertura actual del 98% de la población adulta con acceso a una cuenta bancaria y el 50% con acceso al crédito, las políticas regulatorias deberán fomentar productos más accesibles y mejorar la transparencia del sistema financiero, facilitando el bienestar económico general.
Argentina tiene bases sólidas para continuar su liderazgo fintech en la región, pero enfrentará un horizonte de desafíos regulatorios importantes hasta el 2035. Para ello, será indispensable mantener una cooperación estrecha entre las entidades reguladoras y el sector privado, generando soluciones innovadoras que equilibren la seguridad y la flexibilidad para adaptarse a los continuos avances tecnológicos.